Narra _______(tn).
Tom está enfermo. Y no digo de algún tipo de enfermedad mortal o algún
virus. Está más bien adicto. Al sexo. Mucho más que cuando lo conocí. Y quizás
yo también este bastante enferma. Claro que no es que me queje. Es solo para
explicar las cosas que nos suceden por eso.
Hacía ya un par de meses desde que Tom se convenció de que había que
desechar los mimos y cariños excesivos conmigo y su máxima ahora era
"tirar que el mundo se va a acabar". Y era en serio. Tom era
incansable y tenía la mente más retorcida que se puedan imaginar. Siempre tenía
ideas extrañísimas y lo peor era que a mí me encantaban. Dios, no sabía cómo
habíamos salido vivos hace un par de meses, cuando se le ocurrió ponerse más
malo de lo que yo recordara. Y encerrarme en casa una semana seguida solo con
sexo y algunas dosis ocasionales de comida. Habíamos prácticamente redecorado
toda la casa y no había sitio en el que no hubiésemos tenido sexo. Tom estaba convencido de que nuestra mejor terapia era tener sexo en todos los
sitios posibles. Creo que solo nos falto el techo de la casa. Y eso fue porque
yo no quise que nos vieran los vecinos.
En esa ocasión había bajado casi cinco kilos de peso, dos menos que él, que
bajó siete. No nos vieron durante una semana y en realidad pensaron que habíamos
muerto, hasta que Dylan se decidió a aparecer en la casa y nos encontró
teniendo sexo en la cocina. No podía creer el desastre que teníamos en la casa.
Estuvimos todo un día limpiando y cuando regresaron mis Padres tuve que
decirles que había decidido redecorar y por eso había tantas cosas nuevas. La
verdad es que habíamos roto casi todo.
Además de esto, Tom se escabullía de todas maneras a mi habitación todas las
noches. Había aprendido una forma de llegar a mi habitación trepando por la
pared, y no lo desperdiciaba. Mi Papa nos había pillado durmiendo juntos en dos
ocasiones y creo que luego ya se canso de correr a Tom. Mi Madre era
diferente, ya queria a Tom como a un hijo y eso me ponia muy feliz. La
novedad más importante consistía en el matrimonio.... No.....
No se trata de Tom y yo… ¡ni de broma! Todavía no tengo intenciones de
casarme… por ahora. En realidad se trata de Dylan y Alice. Ellos habían
decidido casarse y habían tenido la brillantísima idea de nombrarnos a Tom y
a mi como sus padrinos de boda. Ellos debieron aceptar que todo iba mal cuando
el día del ensayo no aparecimos porque nos quedamos tirando en el nuevo volvo
de Tom. El decía que quería probar los amortiguadores. Resulto que el volvo
era bastante cómodo finalmente. Pero nos ganamos la ira de Alice, al llegar
casi una hora más tarde, cuando el ensayo iba por más de la mitad. Tratamos de
convencerla que cambiara de padrinos, pero ella nos dijo que los partes de boda
ya estaban enviados y que si le arruinábamos la boda simplemente nos mataría. Y
yo le creía. Tom se lo tomaba con más humor.
-Tom: Alice no hará nada- decía riendo esa noche en mi cama -O más bien
nuestra cama- Y la conozco y ella solo es buena para gritar. No te preocupes
amor, todo saldrá a la perfección ese día…
-Tu: Eso es si no piensas en sexo. Aunque eso es bastante improbable- le dije
riendo.
-Tom: Mira quién habla, sexópata- me contesto sonriendo.
-Tu: Pero Amor, tú me ganas por mucho y lo sabes- le dije dándole un
almohadazo.
-Tom: Oye, no a los golpes- dijo el quitándome la almohada- O quizás te
guste lo rudo- murmuro luego acariciando mi muslo desnudo.
-Tu: Amor...- me queje- Ya ha sido suficiente… son las tres de la madrugada y
ya estoy cansada.
-Tom: Genial, es la hora de nuestra dosis- murmuro haciéndome rodar en la
cama y subiéndose sobre mí.
-Tu: Tom…
Claro que no me dejo hablar. Sus labios sellaron los míos con un poderoso beso,
el cual me dejo para variar, la mente en blanco. Sus manos volaron por mis
costados, acariciando mi piel y haciendo que se me erizara ante su contacto. Tom tenía un toque mágico. Podías estar cansadísima, pero no bastaba más que
un solo roce de sus dedos y me sentía viva de nuevo. Mi cuerpo lo deseaba tanto
como mi mente. Y me dejaba llevar.
Nos fundimos entre gemidos ahogados y suspiros contenidos. La cama crujía
verdaderamente y no sabía cómo era que Mis Padres y mis hermanos no notaba
nuestras incursiones nocturnas. Estaba segura que pronto debería cambiar la
cama. Eran más de las cinco cuando Tom finalmente se sintió agotado y se
escabullo por mi ventana, dejándome dormir la enorme cantidad de cuatro horas.
No lo podía creer al levantarme.
Los días pasaron rápidamente y en menos tiempo de lo que pensé había llegado el
día de la boda. ¡Dios! No podía creerlo cuando Kim llego a levantarme a eso de
las ocho de la mañana. Tom se había ido hace solo tres horas.
-Kim: Pero ______(tn), ¡mírate! - me chillaba molesta a más no poder- Una
madrina no puede tener esa cara… ¡pareces una muerta! ¿Qué estuviste haciendo
por la noche? ¿Leyendo toda tu colección?
-Tu: Ojala hubiese sido eso Kim- me queje aun entre las sabanas, sin ánimos
para levantarme.
-Kim: ¿Es Tom verdad?- dijo arqueando una ceja.
-Tu: Ese chico quiere matarme... – gemí.
-Kim: Eso te lo buscaste _______(tn), además recuerdo que era lo que tú
querías… ¿no era que deseabas que Tom te hicera el amor todas las noches de
tu vida?…y aquí estas ahora, quejándote como una vieja- rio.
-Tu: Si, supongo que tienes razón… Después de todo me encanta - reí
levantándome.
-Kim: Bien, ve a darte una ducha… yo arreglare todo... ¡tenemos tanto por
hacer!- Me di una larga ducha, lo suficiente como para que Kim me sacara a
gritos del baño. Ya sabía que sería un día de sufrimiento. Kim tenía todo preparado,
pero no me libre de las sesiones interminables de belleza, de la peluquería y
de un maquillaje extremo para desvanecer mis ojeras. Kim no podía creer que
desde la última vez que me probé el vestido este ya me quedara algo suelto. Me
sonreí internamente, ya sabía quién era culpable de esto- Ni se te ocurra decir
que esto es culpa de Tom- gruño dándole unas puntadas al vestido- Tu podrías
negarte también, pero no… ¡ella no puede mantener las piernas cerradas!
-Tu: Cállate Kim, no seas una entrometida- le chille molesta- nadie te dice
nada porque te la pasas en la casa de los Beadles tirando con Chris…
-Kim: No es lo mismo… ¡al menos yo me detengo a comer!- me gruño.
-Tu: Si, Seguro- dije mirándola- ¡como si no te conociera!- Kim de pronto rio,
alivianando el ambiente.
-Kim: Bueno, está bien… ¡pero es que es tan irresistible! No puedo evitar
tirármelo donde se pueda… en la cama o en el baño, en la cocina… ¡Igual que
hicieron tu y Tom!
Reímos ambas, mientras Kim terminaba de afinar los detalles del vestido.
Finalmente y luego de muchas horas, estábamos oficialmente listas. Apenas si
había probado bocado durante todo este tiempo.
-Tu: Estoy que muero de hambre- dije mirándome al espejo.
-Kim: Ya cállate, comerás en la recepción… ¿y Tom? Espero que no se le
ocurra no asistir...
-Tu: No, el saldría junto con Dylan. Recuerda que dijo que iria a dormir a su
casa- le aclare- De hecho ya deben de estar en la Iglesia.
-Kim: Bueno, vámonos… quiero ver a mi Chris antes de llegar a la Iglesia…
Nos fuimos en mi auto hasta la casa de Chris, que nos esperaba en la
entrada...........
Me encantaa la fic!! Esta hermosaa ese Tom no pierde oportunidad y (tn) q no quieree!!
ResponderEliminarSiguelaa pronto.. Bye cuidate :D
me encanto
ResponderEliminarespero el prox
bye cte:)
Jajajajajajajajajajaja ¡ay, Tom! xD Eres un urgido de primera; ¡ya hasta bajaron de peso! Jajajajaja y tú, (Name): ¿por qué andas de ofrecida? xD Que considerada LOOL.
ResponderEliminarMuy buena historia, en serio. Me saca muchas risotadas c':
¡Saludos! *-*7